jueves, 6 de febrero de 2014

Cortometraje: 14e Arrondissement (Episodio de Paris, je t’aime, Alexander Payne, 2006)

    

Este próximo viernes, 7 de febrero, se estrena en España Nebraska, la última película de Alexander Payne,  director de Los descendientesEntre copas. Esta nueva cinta, rodada en blanco y negro, trata de la relación entre un padre y un hijo que se embarcan en un viaje a través de los Estados Unidos. Se trata de un proyecto largamente acariciado por el director: llevaba más de una década tratando de ponerlo en marcha, algo que ha logrado finalmente gracias al gran éxito de Los descendientes. La película ha sido nominada para seis premios Oscar, entre ellos el de mejor actor para el veterano Bruce Dern. Payne, un director asiduo a la gala de los Oscar desde hace unas cuantas películas, se caracteriza por elaborar una particular variedad de drama cómico ligero en la que el trazo de los personajes se encuentra en un equilibrio inestable entre la mirada tierna y la caricatura. Se podría argumentar que su mejor película es este cortometraje con el que se cerraba el filme colectivo París, je t’aime, del año 2006: un homenaje a la capital de Francia en quince directores diferentes aportaron un cortometraje de unos cinco minutos ambientado en cada uno de los distritos de la ciudad de la luz.

    Payne se ocupa del distrito 14, (14e arrondissement), un entorno histórico situado en la orilla izquierda del Sena que comprende entre otras zonas, el barrio de Montparnasse. El director norteamericano nos propone visitarlo a través de la mirada de Carol, una cartera de Denver, Colorado, que enfrenta su mirada de turista con las expectativas que un lugar como París despierta en las personas que viven a miles de kilómetros de distancia. Payne le confió el personaje a Margo Martindale, una de esas actrices cuyo nombre no te dirá nada, pero que posee un kilométrico currículum con montones de pequeños papeles en películas y series de televisión. “Así que él me llamóRecuerda Martindale-  y dijo: ‘Hola, Margo, ¿Te acuerdas de mi?  He escrito una película para ti. Nunca he escrito nada para nadie. No hay dinero en esto. ¿Vendrías a Paris y lo harías?’ Y yo dije: ‘Bueno, déjame pensarlo. Si, si, lo haré.’ Y entonces me contó la historia y luego colgamos. Después, volvió a llamar y dijo  ‘Espera ¿Hablas francés?’  Y yo dije ‘Ni una palabra’ El dijo: ‘Mejor’. Así fue como ocurrió.”  


 

“Fue, probablemente, la mejor experiencia que he tenido nunca. Porque yo era la estrella de una película de ocho, nueve minutos. Y Alexander y yo,  …de alguna manera me entendió de una forma que otras personas no lo habían hecho. No sé por qué. Entendió mi capacidad emocional. Y me dirigió como en una película muda, lo que fue fabuloso. Rodamos la última parte, la de banco, primero. Dijo: ‘Vale, ya no tienes de qué preocuparte. Está hecho. Ahora vamos a pasarlo bien.’ Antes de ir, me pidió que viera una película de Fellini, Las noches de Cabiria, y que estudiara a la actriz (Giulietta Masina). Quería que tuviera ese sentimiento,  una especie de visión del mundo inocente, de ojos abiertos como platos, ingenua, infantil. Cuando llegábamos a algún lugar, decía ‘¡Cabiria! Piensa en ella’, Varias veces, no todo el tiempo. Después tuvimos las terribles ocho o nueve horas de grabación de voz en off en francés, que ha sido la cosa más difícil que nunca he hecho. Fue realmente duro. Él me lo dio todo masticado. Me gustaría llevarme el merito por eso, pero fue realmente la obra maestro de Alexander, esa parte. ¿No es hermoso? Es una pequeña película perfecta.”