lunes, 23 de febrero de 2015

Mitomanía: Blacklist: la nueva lista negra de Hollywood en la que los ejecutivos de los estudios escogen sus guiones preferidos.


Hollywood vuelve a tener listas negras. Pero esta vez, los guionistas se pelean por aparecer en ellas, especialmente los más desconocidos. The Black List se ha considerado como el equivalente cinematográfico del título de “rookie del año”: se trata de una encuesta anual en la que directivos de Hollywood escogen sus guiones preferidos (entre los que no se hayan producido, esto es). A mediados de diciembre, desde 2005, la lista resultante se distribuye mediante un pdf que será escrutado hasta la saciedad durante el siguiente año por estudios, productoras, distribuidoras independientes y cadenas de televisión. ¿Cuál es su importancia? Baste señalar que, de las ocho películas nominadas este año al Oscar a mejor película, cuatro de ellas estuvieron incluidas en The Black List cuando aun estaban en negro sobre blanco. (A saber: Descifrando enigma, guión más votado en 2012; Whiplash, 19 votos en 2012; El francotirador, 8 votos en 2013; Selma, 29 votos en 2007) Así que el revuelo por los títulos y los autores mencionados anualmente en estas listas está justificado, aunque, como se señala en la portada de cada entrega: “Esta no es una lista de los mejor. Es, como mucho, una lista de lo que más ha gustado”

    El creador de esta encuesta es Leonard Franklin. En 2004, tenía 26 años y era un ejecutivo de la compañía de producción de Leonardo Di Caprio, Appian Way.  Según afirma, su intención original solamente consistía en “encontrar algo bueno para leer”, pero pronto su creación comenzó a tener vida propia. De hecho, se ha convertido en un negocio bastante rentable, que, entre otras cosas, ofrece asesoramiento a guionistas para lograr que sus escritos adquieran las cualidades necesarias para poder formar parte de una Black List, es decir, entusiasmar a los ejecutivos de los estudios. Aquella primera lista solamente indicaba el título y el nombre del autor; se trataba del resultado de una encuesta realizada a 90 personas e incluía todas las películas mencionadas, incluso una sola vez. En la última edición, el número de encuestados ha subido a 250 y para aparecer en ella son necesarias como mínimo seis menciones.


Descifrando Enigma, el guión más votado en toda la historia d ela Black List, acaba de ganar el Oscar al mejor guion adaptado
La primera lista venía encabezada por dos guiones que con el tiempo se convirtieron en sendas producciones indies, modestas y apañadas: Cosas que perdimos en el fuego se estrenó en 2007, protagonizada por Halle Berry y Benicio del Toro. Ese mismo año, Juno, protagonizada por Ellen Page y Michael Cera, se convertía en el éxito sorpresa de la temporada. Cuando la pizpireta guionista, una exstriper llamada Diablo Cody, se paseaba por todas las alfombras rojas de la temporada, los ejecutivos de Hollywood los ejecutivos adquirieron la costumbre de escrutar las sucesivas listas negras, y el invento se convirtió durante un tiempo en oráculo del talento. El siguiente gran entusiasmo fue un guión titulado The Beaver (El castor) en el que un hombre aquejado de depresión encuentra consuelo hablando con la marioneta de castor que lleva permanentemente en su mano. Muy ingenioso, pero cuando la película llegó a las pantallas, dirigida por Jodie Foster y protagonizada por Mel Gibson las críticas fueron horrorosas y desapareció rápidamente de los cines. Puede que fuese debido a la presencia de Mel Gibson, que entonces sufría las consecuencias de un escándalo monumental, puede que Jodie Foster no encontrara el equilibrio tonal adecuado con un guión que oscilaba entre la tragedia, la comedia y el ridículo. O puede que el guión funcionase bien sobre el papel pero no con actores de carne y hueso sobre una pantalla. 

El éxito de Juno en 2007 contribuyó en gran medida a la fama de la Blacklist

    Con el paso de los años, quedó bastante claro que las películas que surgían de la lista negra cubrían un amplio espectro de calidad y de éxito comercial. Títulos como Bad Teacher, Abrahan Lincoln, cazador de vampiros, Sin compromiso, Prisioneros, Los amos del barrio, El invitado, Stoker, Grace de Mónaco, Blancanieves y la leyenda del cazador o Sex tape: algo pasa en la nube recibieron el espaldarazo de la lista negra antes de convertirse en películas mediante diversos grados de mediocridad cinematográfica. Por supuesto, los guiones no tiene por qué tener ninguna culpa. Hay un montón de etapas durante las que un proyecto más o menos audaz debe acomodarse a los intereses de los estudios que lo financian, las estrellas que lo protagonizan o los directores que lo llevan a la pantalla. Está claro que en estos años, la lista negra ha perdido su condición de oráculo del talento o del éxito. Pero para lo que sí puede ser útil la lista negra es para hacer un pequeño experimento de sociología casera: tratar de meternos por unos instantes dentro de la cabeza de los ejecutivos de Hollywood y descubrir el tipo de películas que les gustaría hacer, aunque las realidades económicas de la industria  vayan en otras direcciones.

    Primero, es curioso destacar qué clase de películas no aparecen en la lista.  Y durante estos diez años y varios cientos de guiones listados, las ausencias son altamente significativas. ¿Qué tipo de cine  brilla por su ausencia? Secuelas. Precuelas. Superheroes. Remakes. Todas estas tipologías, consideradas ampliamente como constitutivas de los males del Hollywood moderno están notablemente ausentes de los gustos de los ejecutivos consultados. Es cierto que los guiones de esa clase de filmes suelen escribirse por encargo, y por tanto su circulación está limitada, pero en general, si muchos cinéfilos habituales lamentan que Hollywood se haya alejado de los géneros clásicos y de las historias originales, debería saber que, en términos estrictamente personales, los ejecutivos de Hollywood también comparten esa opinión. Otra cosa son los objetivos de las corporaciones para las que trabajan,  las sinergias empresariales y las presiones de las televisiones, las cadenas de cines, etc.


En su momento, parecía una buena idea
    Y en cuanto a las cosas que aparecen en las listas, podemos destacar fácilmente varias tendencias. Una de ellas es la glorificación de Hollywood, sus leyendas y sus grandes logros. Esta tendencia está, desde luego, impulsada por el reciente éxito de películas protagonizadas por cineastas, como The Artist, Argo o A propósito de Mr Banks. Pero cualquier institución es vulnerable al autobombo y los poderosos ejecutivos de Hollywood no iban a ser menos. Así que nos encontramos con títulos como los siguientes:
-Chewie, de Evan Susser y Van Robichaux (Una mirada satírica al rodaje de La guerra de las galaxias a través de los ojos de Peter Mayhew, que interpretó a Chewacca)  
-Hey Stella!, de Tom Shepard (La historia de cómo Marlon Brando consiguió el papel de Stanley Kowalsky en la producción de Elia Kazan de Un tranvía llamado deseo) 
-McCarthy, de Justin Kremer (Es 1951. El joven senador Joe McCarthy se siente perdido. Es un hombre anónimo, solamente otro funcionario en Capitol Hill. Está desesperado por destacar, por ser adorado.)  
-The Munchkin, de Will Widger (Un detective privado enano investiga la desaparición de una joven actriz en el Hollywood de los años 30, lo que le lleva a descubrir conspiraciones que involucran El mago de Oz y la dirección de Metro Golden Mayer) 
-1969, a space oddissey, or how Kubrick learned to stop worryng and land on the moon, de Stephany Folsom (Stanley Kubrick escenifica la llegada del hombre a la luna)
 Etcétera, etcétera. El amor de los ejecutivos por el pasado de su negocio es tal que podemos encontrar dos guiones acerca del rodaje de la misma película: Tiburón, de Steven Spielberg.

    Otra tendencia es el predominio de historias reales, principalmente de la variedad que podríamos considerar “vidas de genios problemáticos”. Es un tipo de película que encontramos a menudo entre las finalistas a los Oscar (este año, sin ir mas lejos, tenemos en competición a dos genios ingleses de la ciencia, el matemático Alan Turing en Descifrando enigma y el físico Stephen Hawking en La teoría del todo) Por ello, no es raro que los ejecutivos de Hollywood se dejen seducir por estas historias reales de prodigios de las ciencias, las artes o el deporte, en las que inevitablemente aparecerán los aspectos más oscuros o tristes de sus vidas. Entre los proyectos que esperan ver la luz algún día, se encuentran, por ejemplo:  


-La biografía de Jim Henson, el creador de los teleñecos (The Muppet Man, de Christopher Weekes; “La historia de la vida y de la muerte trágicamente temprana de Jim Henson”)
-La vida del astrónomo Carl Sagan (The Golden Record, de Aaron Kandell y Jordan Kandell; “La verdadera historia de cómo Carl Sagan se enamoró mientras lideraba la misión más increíble de la Nasa: un registro dorado que encapsularía la experiencia de la vida en la tierra para formas inteligentes de vida alienígena”) 
-La historia del dibujante y escritor de literatura infantil Dr Seuss (Seuss, de Eyan Podell y Jonathan Stewart; “El joven Ted Geisel conoce a su futura esposa Helen, que le anima a seguir dibujando sus curiosas criaturas, y en los años cincuenta, cuando Geisel atraviesa dificultades profesionales, Helen le inspira para crear el libro infantil que se convertirá en su primer gran éxito: ‘The cat in the hat’”) 
-Un biopic sobre el ajedrecista Bobby Fischer (Pawn Sacrifice, de Steve Knight; “La historia de la vida de la leyenda del ajedrez Bobby Fischer, hasta su histórica partida por el campeonato mundial con Boris Spassky”) 
-Los secretos del misterioso dibujante de tiras cómicas Bill Watterson (A Boy and his Tiger, de Dan Dollar; “La verdadera historia de Bill Wattersson, creador de Calvin y Hobbes”)  
La fortuna de muchos de estos proyectos dependerá de qué estrellas se vean en los papeles principales: no hace falta decir que más de uno de ellos se verá recogiendo el Oscar mientras lee el guión. 

Liev Schreiber y Tobey Maguire en Pawn Sacrifice, un guión de la lista negra que próximamente llegará a las pantallas.
 Generalemnte, se ha considerado que la política es veneno para la taquilla (excepto cuando Meryl Streep es la protagonista) pero eso no impide que muchos de los guiones preferidos por los ejecutivos de Hollywood tengan como protagonistas a políticos y sus tramas se desarrollen en la trastienda del poder. College Republicans, de Wes Jones, (una comedia sobre los años mozos de varios destacados miembros de la administración de George W. Bush) fue el guión más votado en 2010; en la lista nos encontramos, además, con títulos como:
-Rodham, de Young Il Kim (La joven Hillary Rodham, que sueña con una carrera política,  se encuentra indecisa respecto a sus sentimientos hacia un prometedor abogado llamado Bill Clinton)
-Powell, de Ed Whitworth (Colin Powell cuestiona desde dentro los motivos de la administración Bush para invadir Irak)
-The Special Program, de Deborah Cahn (Un joven fiscal se enfrenta al vicepresidente Cheney cuando descubre que él y su circulo cercano están llevando a cabo todo tipo de actividades ilegales bajo el manto de lo que denominan “el programa especial”).
 Todos eso proyectos parecen más en su lugar en una cadena de televisión con una línea editorial propicia que en un estudio de Hollywood, excepto, por supuesto, si Meryl Streep muestra interés.    

    El último gran grupo que identificamos en estos diez años de listas negras es el de los guiones inclasificables, o, como se dice en internet. OMGWTF!. Son lo suficientemente sorprendentes como para llamar la atención por sí mismos, pero siempre dejan la duda de que sus audaces ideas funcionen mejor sobre el papel que con actores de carne y hueso. ¿Ejemplos? 

-The Voices, de Michael Perry (Un hombre perturbado trata de llevar una vida normal mientras recibe los consejos de sus mascotas ‘parlantes’)
-Man of Tomorrow, de Jeremy Slater (En una realidad alternativa, el gobierno de los Estados Unidos hace un trato con un gánster indestructible para matar a Hitler a cambio de la ciudad de Chicago, que éste convertirá en su propia utopía) 
-In real Time, de Chai Hetch (Un joven está convencido de que su hermana, emocionablemente inestable, necesita revivir su baile de graduación del instituto de hace diez años para superar su depresión, y se toma grandes molestias para recrear el evento en todo detalle. ) 
-Erin’s Voice, de Greg Sullivan (El mundo de un genio de la informática sordo se altera cuando conoce a una camarera de cafetería con problemas cuya voz es, milagrosamente, lo único que puede oír). 
Este tipo de guiones ingeniosos y originales fascinarán sin duda a muchos ejecutivos al menos quince minutos, así que no te sorprendas cuando descubras a alguno de sus autores firmando la secuela del remake de Godzilla.

    Uno puede quejarse de que, en el fondo, las películas que propone la lista negra no son demasiado diferentes de las que producen habitualmente los estudios. Algunas son más extravagantes de lo habitual, cierto, pero las recetas no dejan de ser conocidas, aunque quizá con unos cuantos ingredientes nuevos. Pero esto es Hollywood, y Hollywood no se dedica al cine experimental. Hollywood, por lo que podemos contemplar esta radiografía apresurada que acabamos de efectuar, está un poco cansado de sus fórmulas y repeticiones más descaradas; le gustan los géneros más clásicos: el cine negro, el western, la comedia romántica; admira a los grandes hombres y las historias reales que a nadie se le habría ocurrido inventar; permite un toquecito de originalidad aquí o de descaro allá siempre que deje el conjunto irreconocible; le gusta de vez en cuando ponerse serio y hablar de las cosas importantes de la vida.