INT: RAÚL ARÉVALO,
JAVIER GUTIÉRREZ, NEREA BARROS, ANTONIO DE LA TORRE
ESPAÑA, 2014, 105'
Las marismas del Guadalquivir son la escena del crimen. Primero, dos hermanas desaparecidas: Carmen y Estrella, bonitas, adolescentes, ansiosas por huir de su pueblo. Alguien las vio subirse a un Citroën durante la feria. Más tarde, sus cuerpos desmembrados, violados, aparecen en un canal: una historia para la portada de El Caso, para los silencios del pueblo. Es 1980, Adolfo Suárez es el presidente del gobierno. Dos policías viene a ocuparse del doble asesinato. Juan (Javier Gutiérrez) es el viejo agente franquista que utiliza la violencia como instrumento y extorsiona rutinariamente a las putas y a los comerciantes. Pedro (Raul Arévalo) es un joven algo idealista que se ha ganado su destierro en ese rincón del sur después de haber publicado una carta al director no demasiado bien acogida por sus superiores. Uno de ellos quiere cambiar el país en el que vive; el otro se encuentra absolutamente cómodo en un lugar y en una época que conoce muy bien. Uno de ellos vive hacia el futuro: su mujer espera un hijo allá en Madrid. El otro no tiene demasiado futuro: orina sangre, escucha malos presagios.
Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez y el Chrysler 180 |
El barco de Angelita
Pero el elemento más destacado, más memorable, es el propio escenario. Rodríguez y el director de fotografía Alex Catalán aprovechan todas las posibilidades del paisaje del Guadalquivir: a pleno sol o bajo una torrencial lluvia, a la luz del día o en la espesa oscuridad polvorienta de sus caminos polvorientos. Las marismas están mostradas como un paisaje solitario cuyos senderos necesitan de la presencia de un guía local, repletas de juncos tras los cuales puede estar escondido cualquiera, llenas de edificios abandonados o semi-abandonados ideales para actividades que necesiten el aislamiento. Es un lugar en el que los disparos de escopeta pueden salir de la nada a la mitad del día, y donde las notas anónimas se deslizan por debajo de las puertas. La narración está punteada por breves momentos de distanciamiento dónde director eleva el punto de vista, mostrando planos aéreos en los que el paisaje parece tener su propio carácter, marcando el destino de los personajes que lo habitan.