En algún lugar de California, en el año 1993, se produjo esta extraña primera cita. El escenario es una mesa ajedrezada en un diner solitario, a una hora de la tarde cálida y lenta, ideal para compartir un café y unos cigarrillos. Los protagonistas son dos músicos de mediana edad, razonablemente famosos y con una considerable leyenda a sus espaldas. Hay nervios antes del encuentro. Iggy se muestra afable y amistoso, Tom mantiene cierta altivez distante mientras la conversación da vueltas sobre asuntos sin importancia (como el propio hecho de disfrutar de un café y unos cigarrillos). Se trata de Somewhere in California, el tercer cortometraje de la serie Coffe and Cigarrettes, en la que el director Jim Jarmusch reúne a diferentes personajes alrededor de una mesa ajedrezada para conversar sin demasiado sentido mientras comparten los estimulantes del título.
Jarmusch rodó la primera entrega de Coffe and Cigarrettes en 1986, se trataba de un encargo del programa de humor Saturday Night Live. Repitió la experiencia varias veces más, la que aquí presentamos es la tercera y más famosa: Somewhere in California ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje en el festival de Cannes. En el año 2003, fue incluido, junto con el resto de la serie, en la película Café y Cigarrillos. De todas ellas, esta es la pieza más recordada, quizá por la fama de sus protagonistas, y por los detalles que desvela acerca del carácter de estas leyendas de la música moderna. Según Iggy Pop, el guión representa un retrato más o menos fiel de ambas personalidades: él mismo es conocido por ser una presencia feroz e imponente sobre el escenario, pero en la vida real resulta ser una persona tímida y amistosa. Tom Waits, en cambio, puede resultar agrio y cortante a menudo. Y, desde luego, ninguno de los dos ha vendido millones de discos, precisamente.
Jarmusch recordaba así el rodaje: “Tom estaba exhausto. Acabábamos de rodar el video de ‘I don’t Wanna Grow Up’ el día anterior y había estado atendiendo a un montón de periodistas. Estaba arisco de esa manera en que suele estar, aunque también es una persona muy cálida. Apareció al final de la mañana, mientras yo estaba con Iggy, le había dado el guión la noche anterior. Tom tiró el guión sobre la mesa y dijo: ‘Bueno, dijiste que esto iba a ser gracioso, Jim. A lo mejor tienes que subrayarme los chistes, porque yo no lo veo.’ Miró al pobre Iggy, y le dijo ‘¿Tu que piensas, Iggy?’ Iggy dijo ‘Creo que me voy a toma algo de café y os dejo a vosotros hablar’ Así que calmé e a Tom. Sabía que era temprano y simplemente Tom estaba de mal humor. Su actitud cambió por completo, pero yo quería mantener algo de esa acritud paranoica en el guión. Trabajamos con eso, y lo mantuvo en su personaje. Si hubiera estado de buen humor de verdad, no creo que la película hubiera sido tan divertida”
Por supuesto, Jarmusch, Waits y Pop son viejos conocidos: junto con Nick Cave, han formado un club secreto llamado Los hijos de Lee Marvin. Las actividades del club no se han hecho públicas, aunque probablemente se dediquen a imitar ante el espejo las poses más famosas del protagonista de A quemarropa. Ambos músicos han aparecido en otras películas de Jarmusch, y el próximo proyecto del director de Akron, que esperamos ver pronto, es un documental sobre Iggy Pop para el que lleva ya unos cuantos años reuniendo material.