Misterio es la aportación de Andrei Zvyagintsev al proyecto Experiment 5ive, que reunió hace tres años a cinco de los directores rusos más importantes del momento. Se trataba de crear una pequeña antología de cortometrajes con un mecanismo común: en cada uno de ellos, un sobre negro de contenido misterioso sería ofrecido a uno de los personajes. El resto de la historia se dejaba a la libertad de los creadores, y por supuesto, ninguno de ellos sabía lo que estaba haciendo el resto.
Zvyagintsev es el más conocido internacionalmente de todos los directores que participan en el proyecto: en España hemos visto su debut El regreso, de 2003 y su última película, Elena, de 2011. Quienes hayan visto esas cintas sabrán que es un director con preocupaciones metafísicas, al clásico estilo ruso de Dostoyevski o Tarkovsky. Filma con un estilo solemne y calmado, y se suele tomar su tiempo con los detalles. ‘5 minutos es un tiempo muy corto para contar una historia. Cuando no estás limitado por el tiempo, cuando no tienes que apresurarte, puedes permitirte una exposición detallada. Para que una película afecte al espectador de manera sugestiva, para que lo introduzca en su espacio, se necesita cierta cantidad de tiempo. Cinco minutos parece un formato más adecuado para un sketch o una broma, pero me parece que en estos cinco minutos fuimos capaces de decir algo más de lo que se espera de un sketch’
No hay nada de sketch, ni, por supuesto, de chiste, en el cortometraje de Zvyagintsev . Con su clásica situación de telenovela o misterio detectivesco (la esposa celosa, el detective privado, la fotografía dentro del sobre) Misterio no es tanto una propuesta de suspense como una reflexión sobre lo que significa el propio misterio. Fiel a sus impulsos, Zvyagintsev crea una atmósfera abstracta en la que los personajes abandonan sus preocupaciones inmediatas para valorar sus implicaciones filosóficas.