T.O: SONG OF THE SEA
DIR: TOMM MOORE
ANIMACIÓN, IRLANDA, 2014, 93'
El director irlandés Tomm Moore se ha especializado en explorar mediante la animación el rico folclore de su país: en su debut El secreto del libro de Kells combinaba la historia con las leyendas populares para recuperar la estética de las miniaturas medievales, aquellos libros ilustrados delicadamente a mano en los monasterios antes de la aparición de la imprenta. En La canción del mar continúa en la misma línea, aunque en esta ocasión su trabajo se dirige hacia los más pequeños. Se trata de una película con la que podrá disfrutar cualquier adulto con la necesaria predisposición hacia la fantasía, pero que en todo caso se disfrutará mucho más en compañía de un pequeño. Inspirado por las cintas más infantiles del estudio Ghibli (esta película recuerda especialmente a Ponyo en el acantilado, con la que comparte una ambientación marina) es una de esas películas que adoptan la mirada de un niño, con toda su capacidad de asombro y fascinación.
El punto de partida es la leyenda de las selkies, esas curiosas criaturas de la mitología irlandesa y escocesa capaces de vivir como focas o como seres humanos. Las selkies simbolizan el vínculo entre los habitantes de la tierra firme y las criaturas de los océanos, y el cine nos ha proporcionado historias modernas sobre ellas, como El secreto de la isla de las focas, de John Sayles, o Ondine, de Neil Jordan. Para Tomm Moore, las leyendas folclóricas tienen un significado profundo que conecta con la necesaria armonía con la naturaleza. La historia de La canción del mar gira acerca de Saorsie, la última niña selkie, quien a sus cinco años de edad aún no ha pronunciado ni una palabra. Su madre Bronach se adentró en el mar el mismo día de su nacimiento sintiendo la llamada inevitable de su naturaleza. Desde entonces, Saorsie vive con su padre y su hermano mayor Ben en el viejo faro de una isla cercana a la costa de Irlanda. En un viejo cofre cerrado con llave se encuentra su piel de foca, que su padre oculta ante el temor de que la pequeña la descubra y abandone su vida humana. Pero el equilibrio natural entre los seres humanos y las criaturas legendarias está en peligro, y quizá la pequeña Saorsie sea la única que pueda hacer algo antes de que sea demasiado tarde. En el aspecto más terrenal de las cosas, Moore no se olvida de los necesarios toques de comedia, en este caso a través de la relación entre Saorsie y su hermano Ben, llena de situaciones con las que podrá sentirse identificado todo el mundo que se haya pasado de listo alguna vez con una hermana pequeña.
Moore continúa con su fidelidad a las técnicas de animación tradicional, con figuras de trazo sencillo y perfiles cercanos a la caricatura. Las manchas planas de color con las que da forma a los personajes se combinan con unos paisajes en los que se puede percibir el trazo de la acuarela, una estética muy apropiada para una película de ambientación marina en la que todo parece estar a un paso de disolverse en el agua. Como es de esperar, hay motivos celtas en las figuras y los objetos, algo especialmente visible en el mundo submarino en el que encuentran su refugio las criaturas mitológicas que protagonizan
la película. En resumen, es una película de trazo ligero y humor suave, envuelta por una música de bellas melodías celtas y en la que se detectan ciertas corrientes nostálgicas que añaden una nota de emotividad al conjunto.