Cortometraje: Ramona (14’, 2011) de Juan Cavestany
El currículo de Juan Cavestany recorre espacios muy diversos de la escena española contemporánea. Como colaborador del grupo teatral Animalario participó en la escritura de alguno de sus espectáculos más populares, como Alejandro y Ana: Todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente o la célebre edición del no a la guerra en la gala de los Goya. Su debut en la dirección fue El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo, una comedia juvenil protagonizada por Santiago Segura. En los últimos años, sin embargo, ha destacado gracias a algo completamente diferente: un ciclo de películas de bajo presupuesto en las que practicado una especie de costumbrismo del absurdo: comenzó con Dispongo de Barcos en 2010, y continuo con El señor y Gente en sitios; esta última ha logrado convertirse en film de culto del último cine español.
Combinando el minimalismo cinematográfico con situaciones de guión surrealistas, Gente en sitios es una comedia de sketchs que, a lo largo de su hora y pico de duración emplea a 80 actores, un catálogo de las figuras más conocidas del teatro y el cine en España. Ramona, el corto que Cavestany rodo en 2011, podría ser una de esas situaciones delirantes recubiertas por el manto de la cotidianeidad. Según explica la sinopsis oficial, Ramona es un “cortometraje basado en hechos reales acaecidos en el año 1999 en Madrid. Ese verano, una señora llamada Ramona Espinosilla regresó a la capital después de pasar sus vacaciones en Teruel, pero en vez de irse a su casa, se metió “por equivocación” en la casa de un matrimonio al que no conocía de nada, y convivió con ellos durante cuatro meses sin hablarse. Desde el primer día la señora fue una presencia “normal e incomprensible a la vez” en el domicilio del matrimonio Ramírez-Sagarzazu. Nunca se dijeron nada, y en una entrevista posterior reconocieron que “la situación era extraña, pero en el momento no nos dábamos cuenta”.