viernes, 5 de septiembre de 2014

Mitomanía: ¡Clint Eastwood canta! La carrera musical del hombre sin nombre en cinco canciones.

 

Todos conocemos las inquietudes musicales de Clint Eastwood: su debilidad por el jazz y sus pinitos como compositor de bandas sonoras en los últimos años. Quizá por eso, resulta algo extraño que hasta ahora Eastwood no hubiese dirigido ningún musical: Jersey Boys, que se estrena en España ahora mismo, es su debut en el género. La cinta es la adaptación de un exitoso musical de Broadway del estilo conocido como jukebox-musical: es decir, un espectáculo que se articula a partir de las canciones más famosas de una banda o un artista, introduciéndolas en una historia a modo de hilo conducto. (Vamos, como Mamma Mia o Hoy no me puedo levantar). Jersey Boys cuenta la historia del ascenso y caída de The Four Seasons, un conjunto de enorme éxito a principios de los sesenta en Estados Unidos, pero no tan conocido en Europa. Los Four Seasons eran un grupo de cuatro muchachos de clase obrera de Jersey que, gracias a sus contactos mafiosos, lograron sus primeros contratos, lo que les metió en algunos líos más tarde. Practicaban un estilo pegadizo y empalagoso de armonías vocales llamado du dúa. Quizá lo más decepcionante para los fans del actor-director es que en esta película Eastwood no canta: a pesar de su legendaria tendencia a la interpretación lacónica, Eastwood tiene una carrera como cantante que se remonta a sus inicios en el mundo del espectáculo. Una carrera que no resulta muy conocida porque, como ocurre con la oratoria política, la canción no es el terreno más adecuado para explotar sus talentos. Pero no se puede negar que, a lo largo de los años, a pesar del escaso éxito e incluso de las burlas, Clint ha perseverado. 

 Todo comenzó a finales de los años cincuenta, cuando Clint se hizo famoso protagonizando el western televisivo Rawhide. Como muchos actores que hacían papeles parecidos, Eastwood recibió la oferta de explotar su fama grabando un disco de versiones de célebre temas country-and-western. Después de todo, el actor había recibido clases de canto dentro del programa de nuevos talentos de Universal Studios. Era el año 1959, y uno de los temas de ese disco de debut era este Rowdy, que hacía referencia al personaje de Eastwood en Rawhide, Rowdy Yates. Después de finalizar las sesiones de grabación, el productor del disco Kal Mann le dijo al actor que “nunca llegaría a ser grande como cantante”


Diez años después, y ya con su violenta fama de pistolero silencioso, adquirida gracias a su participación en las películas de Sergio Leone, Eastwood participó en su proyecto más improbable como actor: el sobredimensionado musical La leyenda de la ciudad sin nombre. El actor compartía canciones con otro icono del cine más seco y violento, Lee Marvin. La película no fue solamente un enorme fracaso, sino que es más recordada como objeto de parodia. “No estaba particularmente nervioso acerca de cantar en la película. – Recordaba Eastwood años después- Pero ciertamente, Sinatra no se puso nervioso.” Las razones del fracaso de la película se pueden entender gracias a esta blanda balada en la que Eastwood, paseando por el bosque, se pone a hablar con los árboles.

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 El siguiente paso de la carrera de Eastwood como cantante sería, sorprendentemente, su mayor éxito. Se trata de Bar Room Buddies, un dúo cómico con el cantante de outlaw country Merle Haggard que llegó al número uno en la lista de singles country de 1980. Para entonces, el actor ya se tomaba muy poco en serio sus aspiraciones como cantante, y el contraste de voces está directamente señalado en la letra de la canción. “Yo me ocupo de las notas altas”, canta Haggard “Y yo pongo las cervezas”, responde Clint. El tema forma parte de la banda sonora de la película Bronco Billy.

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 Eastwood intentó repetir la jugada con Beers to you: un dúo cómico con un cantante más famoso, en este caso Ray Charles. La canción, que pertenece a la banda sonora de La gran pelea, no tuvo ningún éxito, pero por lo menos nos ha dejado la posibilidad de escuchar la improbable pareja de Eastwood y Ray Charles.

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 Honkytonk Man, o El aventurero de medianoche, como se llamó por aquí, fue la primera muestra de que Eastwood se tomaba su carrera como director realmente en serio. Era el año 1982, y la película narraba la historia de un cantante country (interpretado por el propio director) enfermo de tuberculosis durante los años de la gran depresión. En la piel del personaje, Eastwood entonaba la canción No sweeter cheater than you, con resultados ambiguos: mientras que la película resultó ser un éxito de crítica que puso la primera piedra del actual prestigio de Eastwood como director, la canción fue nominada ese año al premio Razzie a la peor canción.

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 Eastwood volvió a cantar, muchos años después, con el tema principal de su película Gran Torino, de 2008. Para entonces su voz reflejaba de manera inevitable el paso del tiempo: se había convertido en un susurro rugoso que se arrastraba trabajosamente por su garganta. Gran Torino era la despedida de Eastwood del personaje del tipo duro que había venido interpretando durante las últimas seis décadas. Esta versión está interpretada por Eastwood junto a Jamie Callum.



Vía Slate