jueves, 6 de septiembre de 2007

"Death Proof"


Director: Quentin Tarantino.


Intérpretes: Kurt Russell, Rosario Dawson, Zoe Bell, Vanessa Ferlito, Tracey Horms.


EEUU, 2007, 114 min.
Si el fetichismo fuese tabú en nuestra cultura, “Death Proof”, la nueva película de Quentin Tarantino, sería lo más pornográfico que ha pasado por nuestras pantallas en muchos años: todo en ella obedece a la desviación del afecto hacia los objetos. Fetichismo automovilístico, fetichismo por los viejos discos de vinilo en una gramola vintage con los títulos de las canciones escritos a mano por el propio Tarantino, fetichismo por los pies femeninos, sensualmente mostrados ya desde la primera secuencia, y por último, lo mas importante: el fetichismo de la propia película como objeto físico, con sus rayas y suciedad, su condición de “copia frankenstein”, con una bobina en blanco y negro y otras con el color hiper-saturado, exhibiendo orgullosamente su condición de espectáculo de ínfima categoría.

La mitad del proyecto “Grindhouse” correspondiente al norteamericano es una revisión de un sub-sub-género típicamente norteamericano que floreció en los peores cines de sesión doble durante los años setenta: las películas de duelos al volante, como “Punto límite: cero” (“Vanishing Point”, Richard C. Sarafian, 1971, versión existencial) o “Los locos del Cannonball” (“Cannonball!” Paul Bartel, 1976, versión cafre). Por supuesto, Tarantino fagocita todos los tópicos del tema para elaborar una película que solo podría hacer él, esa especie de “collage pop” en el que parece haberse especializado tras “Kill Bill”. La película se centra en dos grupos de cuatro chicas cada uno que tienen un encuentro con Stuntman Mike, un psicópata armado con un coche “a prueba de muerte”, con el que se divierte estrellándose a 200 por hora contra sus víctimas.

Con la complicidad de un Kurt Russell dispuesto a reírse de si mismo, Tarantino crea un personaje opuesto a los míticos Snake Pillsen o Jack Burton que el actor interpretó a las órdenes de John Carpenter. El héroe macarra con chupa de cuero ha envejecido y se ha convertido en alguien que parece hecho a medida para ilustrar la palabra “rijoso”: ridículo con sus ínfulas de seductor y tipo duro mientras las chicas no dejan de mostrar su sensualidad naturalmente a su alrededor, y al que sólo le queda dar salida a sus pulsiones sexuales asesinando a chicas guapas con su Chevy Nova del 70. Pero con lo que no cuenta el bueno de Mike es que las chicas no sólo han comenzado a manejar los hilos en el terreno sexual; sino que también son capaces de derrotarle con sus mismas armas.

En el fondo, “Death Proof” es un cuento moral sobre el desconcierto masculino ante el cambio de los roles sexuales tradicionales, la caída de los atributos de la masculinidad, una película de coches, persecuciones y accidentes donde ellas tienen la última palabra. Todo ello al ritmo de una banda sonora tan espectacular como siempre, con el conocido talento de Tarantino para descubrir viejos temas que inexplicablemente no se convirtieron en clásicos. Como película de acción, “Death Proof” es tan sensual como una sinuosa y solitaria carretera de montaña.