El compositor de referencia para el Hollywood más espectacular es, en la actualidad, Michael Giacchino. En los últimos meses has podido escuchar su música en nada menos que cuatro superproducciones: El destino de Júpiter, de los hermanos Wachowski; Tomorrowland: El mundo del mañana, de Brad Bird; Jurassic World de Colin Trevorrow y, finalmente, Del Revés, la nueva cinta de Pixar dirigida por Pete Docter. Tal predilección por los espectáculos de acción y aventuras ha hecho que muchos consideren a Giacchino como el John Williams de nuestros días, la persona que define musicalmente las películas más populares. Pero Giacchino no tiene la misma facilidad de Williams para las melodías instantáneamente memorizables, y no se recuerda a ningún niño de doce años que haya salido del cine silbando alguno de sus temas.
Giacchino comenzó componiendo música para videojuegos y series de televisión (Alias, la serie de J.J. Abrams, fue su carta de presentación, y desde entonces su música también ha estado ligada a las creaciones del responsable de Lost) Su salto al cine fue de la mano de Pixar, componiendo la banda sonora de Los Increibles, de 2004. En ella, dio rienda suelta a su afinidad por los sonidos de orquesta de jazz típicos de los años sesenta, que se emplearon en tantas películas de espionaje o de aventuras internacionales. Una afinidad que compartía con el director Brad Bird, y que también daría sus frutos en la música que Giacchino compuso para Ratatoille, la siguiente película de Bird. Up y Del revés son las otras dos cintas de Pixar para las que Giacchino ha compuesto la banda sonora: sus colaboraciones con la productora de animación están consideradas como sus mejores trabajos.
Sin duda, la música de Del Revés es una delicia para los oídos, sea en compañía de las imágenes de la película o sencillamente por sí misma. La cinta de Pete Docter y Ronaldo Del Carmen se introduce, literalmente, en los pensamientos de una chica preadolescente y está protagonizada por las emociones de la protagonista, que toman curiosas formas antropomórficas. Lo que da pie a una banda sonora que extrae las mejores cualidades de Giacchino como compositor: unas melodías suaves y ligeras, unos ritmos caprichosos y sorprendentes, unos timbres coloridos y de inconfundible aire retro. Un soplo de aire fresco en la música del Hollywood actual, cuyos espectáculos se ven dominados demasiado a menudo por percusiones metálicas e industriales a todo volumen.