lunes, 3 de noviembre de 2014

Videoclip: Hiro Murai dirige Never Catch Me, de Flyng Lotus, Do You, de Spoon y Cheerleader, de St Vincent.

Dos niños se levantan de sus ataúdes en su propio funeral para alejarse bailando, dejando atrás el dolor de sus familiares. Es el clip de la canción Never Catch Me, del productor de rap experimental Flying Lotus: hace solamente unas semanas de su aparición en la red y ya muchos lo consideran el videoclip del año. “La idea original era hacer algo extraordinariamente alegre que funcionase como una catarsis en comparación con el escenario”, explica el director Hiro Murai. La ambientación funeraria resulta apropiada: en el último álbum de Flying Lotus, You Are Dead!, el músico reflexiona de diversas maneras acerca de la muerte. “La idea original [de Flying Lotus] era sobre un chico negro que llega tarde a su propio funeral, así que tenía algo del estilo de Tom Sawyer. Me gustaba porque todo el disco trata acerca de la muerte, pero esta canción tiene unas vibraciones infantiles. Cogí esa idea y la reescribí como una pieza de baile para dos chicos” 
 


El baile fue creado por el equipo de  coreógrafos Keone and Mary combinado movimientos propios del hip-hop con  pasos extraídos de la danza moderna. Contribuye a crear una atmósfera incierta y ambigua, que también se hizo notar en el set de rodaje. “Fue muy raro para los padres de los chicos. Apoyaron mucho el proyecto, pero fue muy visceral ver a sus hijos en ataúdes. Tan pronto como se dispuso el decorado y  los chicos se metieron en los ataúdes se vinieron abajo y se echaron a llorar. Es una forma muy rara de comenzar un día de rodaje, pero lo entiendo completamente.” En cambio, los chavales se lo pasaron en grande. “Los chicos estaban bastante poco preocupados por eso porque tenían 12 o 13 años y la muerte no tiene para ellos el mismo peso que tiene para un adulto. No paraban de decir que los ataúdes olían raro o que se aburrían. Eso aligeró la atmósfera bastante. Fue un poco un microcosmos de la propia idea del video, los chavales no miran a la muerte de la misma manera que sus padres.”

Esa atmósfera de incerteza no es algo nuevo para el director, el angelino Hiro Murai. Murai, que también ha dirigido videos para artistas como David Guetta o Shabazz Palaces, lleva unos años distinguiéndose como uno de los directores más creativos y consistentes dentro de este campo. Su primer atisbo de notoriedad le llegó cuando convirtió a Annie Clark (alias St. Vincent) en una estatua de porcelana, enorme y frágil, en el videoclip de Cheerleader. A partir de entonces, sus trabajos se sucedieron a velocidad de crucero, normalmente para figuras del indie rock o del hip-hop más alternativo. No resulta difícil distinguir elementos comunes en su obra, desde su evidente amor por la luminosidad californiana hasta su preferencia por atmósferas inciertas en las que elementos fantásticos aparecen en ambientaciones rutinarias y cotidianas. 



De manera que los videos de Murai parecen desarrollarse un una realidad ligeramente alterada “Es como un sueño diurno… la idea de algo sobrenatural ocurriendo en el contexto de algo realmente mundano. Tengo una fijación con los sueños. Los sueños tiene la cualidad de que cuando tu estás metido en ellos, tu te crees completamente su realidad,  y las texturas parecen las de la vida real, pero entonces hay alguna cosa, o alguna circunstancia que te aleja de lo real. Ese sentimiento de deriva entre la realidad y lo sobrenatural siempre me ha interesado. Soy una de esas personas que llevan un diario de sueños. ” 


Fuente: FADER