Quentin Tarantino desvelará
su próxima película Django
Desencadenado este 25 de diciembre en USA (a España nos llegará un mes mas
tarde). La nueva cinta del cineasta californiano es un homenaje al Spaghetti
Western, aunque tratándose de Tarantino, que siempre ha preferido la copia al
original, no toma como referencia tanto a Sergio Leone (el hombre a quien casi
todo el mundo considera el maestro del subgénero) como a Sergio Corbucci, el otro Sergio, cuya carrera siempre estuvo a la
sombra de su amigo y tocayo, y cuya apreciación parece reservada para unos
pocos exploradores de la cultura popular. “Todos
los directores de Western con algo que decir crearon su propia versión del
oeste (…) Corbucci también lo hizo, pero su oeste fue el paisaje más violento,
surreal y despiadado de cualquier director en la historia del género. Sus
personajes cabalgan por un oeste brutal y sádico. Su héroes no pueden llamarse
realmente héroes. En un western de cualquier otro director, serian los
malvados.” Destaca Tarantino, en un artículo publicado en el New York Times que revela sus fuentes de inspiración.
Corbucci, nacido en Roma en 1926,
ya era un profesional con cierta experiencia en la industria italiana cuando
trabajó a la órdenes de Leone, en 1959, dirigiendo la segunda unidad de un
peplum llamado Los últimos días de
Pompeya, cuyo rodaje transcurrió en España. “Vi que en España había esos magníficos caballos, esos extraordinarios
cañones, ese paisaje desértico que se parecía mucho a México o Texas, y más bien
como yo imaginaba que serían. Así que estábamos rodando Pompeya y a menudo nos
decíamos los unos a los otros ‘Espera un minuto, podríamos hacer un
sorprendente western aquí, ¿no crees?’” En aquello años Corbucci era un
director de encargo con una carrera bastante errática y poco destacable:
comedias burlescas, películas de Totó, algún melodrama, el inevitable peplum,
esto y lo otro. En 1964 llegó el éxito fulgurante de Por un puñado de dólares y las empresas de vestuario y atrezzo de
Roma dejaron de fabricar sandalias y togas y se dedicaron casi en exclusiva a
las botas de montar y los sombreros de cowboy. Si Corbucci puede reclamar
alguna relevancia cinematográfica, es por las películas que realizó en la
estela de aquel éxito: la serie de westerns que comienza con Minessota Clay en 1964 y que incluiría
algunos de los títulos más famosos de la tendencia: Django en 1966, Salario para
matar en 1968 y El gran silencio,
del mismo año.
Django: un extraño que arrastra un ataud. |
Leone había tomado el western de
bajo presupuesto que se solía rodar en Europa, a menudo como una simple
imitación del cine clásico americano, y lo había convertido en otra cosa: más
violento, más estilizado, preocupado más por la creación de imágenes icónicas
que por la dramaturgia convencional. La mitología también era diferente. Si en
el western norteamericano el drama se centra en la construcción de la sociedad
a través de la violencia, en el oeste mediterráneo no hay ninguna sociedad que
poner en pie, la violencia es la única ley en un territorio anárquico. Los
héroes solían ser cazadores de recompensas, asesinos a sueldo que mataban por
un puñado de dólares y cuya única referencia moral era disparar primero. El
éxito hizo que todos los demás se vieran obligados a seguir este patrón.
El primer éxito de Corbucci, Django, encajaba perfectamente en el
molde. El título hacía referencia al guitarrista belga de jazz Django
Reinhardt, quien había demostrado que un europeo podía tocar con los grandes en
un género genuinamente americano. Franco Nero es el solitario protagonista, un
tipo que llega a un pueblo cercano a la frontera mexicana vestido de negro de
los pies a la cabeza y arrastrando un viejo ataúd. El pueblo, un lugar
decrépito y embarrado, es un lugar muerto, más allá de cualquier redención. El
poder lo detenta un tal general Jackson, que dirige una cuadrilla racista
inspirada en el Ku Klux Klan, dirigiendo su violencia contra los mexicanos.
Parece ser que el sombrío Django tiene alguna cuenta pendiente con ese tipo.
Tendremos que esperar a su primer enfrentamiento con Jackson y sus hombres,
cubiertos con capuchas estilo Ku Klux Klan pero de color rojo, para descubrir por qué se ha molestado
en arrastrar el ataúd.
Django fue una película muy imitada y convirtió a Franco Nero en una estrella
“Cuando comenzamos a rodar, el escenario principal, el pueblo
con el barro, no estaba ni siquiera terminado. No teníamos guión, así que
cuando interrumpimos el rodaje para las vacaciones de Navidad, El hermano del
director, Bruno Corbucci, redactó un tratamiento escena por escena de lo que
ocurriría hasta el final”, recuerda el protagonista, Franco Nero. Ese tipo de
cosas no importaban demasiado: al fin y al cabo no se trataba de un género de
películas que destacase por su coherencia argumental o desarrollo dramático. Con
su escenario decrépito, su héroe de aspecto sucio y con pocos reparos ante la
brutalidad, su violencia repentina y despiadada, Django se convertiría en una referencia para futuras producciones
del género, no solo italianas: imposible dejar de pensar en Grupo Salvaje, que se estrenaría tres
años después. La película se convirtió en un éxito fulgurante, dio lugar a todo
tipo de imitaciones no oficiales y permitió a Corbucci acceder a mayores
presupuestos y a repartos con rostros más conocidos.
Así, el productor Dino de
Laurentiis convenció a Burt Reynolds, entonces un secundario de televisión, para
protagonizar Joe el implacable, o Navajo Joe: “Nosotros seremos más grandes. Clint mató a cien personas. Tu matarás a
245. ¡Seremos dos veces más grandes!” Desgraciadamente, Reynolds y su
peluca no resultaron demasiado convincentes como el indio vengador del título,
y la película no tuvo el éxito proyectado. Pero no por ello dejó de ser una
aceptable muestra del género. Según Tarantino: “En Navajo Joe, los cazadores de cabelleras que matan a los indios por
sus cabelleras son tan salvajes como la familia Manson. Es una de las grandes
películas de venganza de todos los tiempos: Burt Reynolds como el personaje de
Navajo Joe es un tornado devastador. La manera en que usa su cuchillo, se lanza
sobre los villanos, cae y se revuelve sobre las rocas y el barro es magnífica.
He oído que casi se rompió el cuello durante el rodaje, y lo parece. Antes de
que se estrenase Grupo Salvaje, Navajo Joe fue la película más violenta que
nunca había llevado el logo de un estudio.”
Burt Reynolds se deshace de un enemigo en Navajo Joe
La estructura de la película
consistía en una serie de escenas de acción conectadas por un motivo
argumental, en este caso el deseo de venganza. La espectacularidad de los
tiroteos, asaltos a trenes y demás masacres es la razón de ser de la película;
el héroe se presenta como un superhombre cuyas capacidades físicas y de manejo
de armas nunca dejan lugar a dudas, sea cual sea el número de enemigos a los
que se enfrente. Con ello el cine se estaba transformando. Todas estas
películas, una a una, son escalones de una evolución: los personajes pasan de
definirse dramáticamente a presentarse icónicamente; el género de aventuras se
transforma en cine de acción. A veces parece como si los futuros héroes del
cine de acción, Rambo, Terminator y demás estuviesen sentados, en la oscuridad
de los cines, tomando nota detalladamente sobre la manera de saltar sobre
trenes en marcha, deshacerse de un enemigo tras otro, y mantener el rostro
imperturbable y el gesto lacónico.
El estilo también estaba
cambiando. En estas películas Corbucci hizo propios unos recursos de puesta en
escena que huían de los términos medios para desenvolverse mediante los
extremos. Primeros planos y planos generales, detalles de ojos, labios, dedos
cerrándose sobre el gatillo; corte a grandes extensiones de montaña o desierto
donde los personajes solo son un punto o un trazo en medio de la naturaleza. El
artefacto que más se ha identificado con el cine popular de la época, el zoom,
se utiliza principalmente para ir de un extremo a otro, del panorama al
detalle, de los cuerpos de los bandidos avanzando como manchas oscuras por el
decorado a los ojos enajenados del héroe que los abate sin piedad en unos
segundos. El estilo clásico, que se basaba en orquestar transiciones poco
abruptas, quedaba hecho trizas por un estilo que buscaba el impacto de la manera
más directa posible. La gramática de Corbucci oscila entre los primeros planos (La chica es amenazada).... |
y los planos generales (el héroe lanza su arma) .... |
...que aclaran la situación espacial y empequeñecen a los personajes. |
La acción avanza a menudo mediante planos detalle... |
...y el recurso al primerísimo primer plano exacerba el dramatismo. Es un estilo que se expresa mediante extremos y desecha los términos medios. (Escena de Navajo Joe) |
El recorrido del zoom a menudo sirve para pasar del plano general... |
...al primer plano, a menudo de manera rápida y extrema. (Escena de El Mercenario) |
Corbucci había mostrado en sus
películas una debilidad por crear héroes aparentemente indestructibles para
torturarlos cruelmente en el último rollo: Django termina la película con sus
manos tan destrozadas que resulta dudoso que vuelva a poder disparar; la
supervivencia de Navajo Joe será una incógnita al final de la cinta. En El gran Silencio, de 1968, llevará este
planteamiento hasta las últimas consecuencias. “El Gran Silencio tiene uno de los finales más nihilistas de
todo el western. Trintignant se enfrenta a los malos, y lo matan. Los malos
ganan, matan a todo el mundo en el pueblo y se alejan cabalgando, ese es el
final de la película. Es impactante aún hoy día”, según QT. En esta
película, Corbucci llevó hasta el límite las constantes del género. La
violencia anárquica se convierte en una pesadilla que da la vuelta a las bases
fundacionales del género: en las montañas desoladas y permanente nevadas de “El
gran Silencio”, es imposible que la justicia triunfe, ni que se constituya
ninguna sociedad. Si Django fue el gran éxito de taquilla de su director, Silencio es su película de culto, la
preferida de los críticos y especialistas. “Silencio ocurre sobre la nieve. Me
gustó tanto la acción en la nieve que Django Desencadenado tiene una gran
sección nevada a mitad de la película”
Rambo aprendería unas cuentas lecciones de estas películas (El Mercenario) |
Después, el western italiano
languideció entre la repetición ad nauseam de sus planteamientos y la
autoparodia que introdujeron las películas de Terence Hill y Bud Spencer. La
carrera de Sergio Corbucci volvió al anonimato en las dos décadas que restaban
hasta la muerte del director en 1990. Su momento de esplendor dejó un rastro,
sin embargo. Unas huellas que comenzaron a ser visibles cuando el western
mediterráneo dejó de ser una forma de entretenimiento barato para los cines de
tercera fila del sur de Italia y comenzó a ser un territorio explorado por los
estudiosos y sobre todo, por las nuevas generaciones de cineastas, como
Tarantino, para quienes resulta una influencia más poderosa que el western
clásico de Hollywood. “Mientras trabajaba
en un ensayo sobre como funcionaban los arquetipos de Corbucci, no era capaz de
decir si Corbucci estaba pensando esas cosas cuando hacía las películas. Pero
sé que yo las estoy pensando ahora. Y si hago un western, puedo ponerlas en
práctica. Cuando finalmente cogí papel y lápiz para el guión, pensé ¿Qué puede
llevar a los personajes a estos extremos? Pensé que el equivalente más cercano
a los brutales paisajes de Corbucci sería el sur de antes de la guerra civil.
Cuando descubres las reglas y las prácticas de la esclavitud, era tan violento
como cualquier cosa que yo pueda hacer, y absurdo y bizarro. No te puedes creer
que esté ocurriendo, lo que es la naturaleza del verdadero surrealismo”
“En Alemania tenían un complejo con Django-Reflexiona Franco Nero- Todas las películas que hacía las llamaban
Django, ¿Sabes? Como mi película Como Matar a un juez, se convirtió en Django
con la Mafia. ¿El cazador de tiburones se convirtió en Django contra el
tiburón! Y ahora Tarantino quiere hacer una peli de Django…pues muy bien.” El
Django original dio lugar a innumerables secuelas no oficiales, sin Franco
Nero, a menudo sin ningún personaje que se llamase Django excepto en el título.
Ahora Tarantino honra esa vieja tradición del cine de entretenimiento barato
rescatando al personaje, dándole el rostro de Jamie Foxx, y llevándole a clamar
venganza en el territorio de la plantaciones y la esclavitud.
Jamie Foxx es el nuevo Django |