Si Quentin Tarantino decidió recuperar a Ennio Morricone para la banda sonora de su nueva película, Los odioso ocho, Alejandro González Iñárritu recurre para El renacido a otro compositor clásico que llevaba unos años sin trabajar para el cine occidental. El japonés Ryuichi Sakamoto lideró en los años setenta la banda de música electrónica Yellow Magic Orchestra, un grupo pionero enormemente influyente en algunas de las tendencias más populares de la música actual. Tras dejar la banda, Sakamoto comenzó una carrera dentro de la música experimental y compuso su primera banda sonora en 1983, para la película de Nagisha Oshima Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Curiosamente, esa película supuso también su debut como actor, protagonizando la cinta junto al músico David Bowie. Después de esa película, Sakamoto se convirtió en un compositor clave en el cine internacional, firmando la banda sonora de películas como Black Rain, de Ridley Scott, Tacones lejanos, de Pedro Almodóvar o El cielo protector y El pequeño Buda, de Bernardo Bertolucci. Por su trabajo en El último emperador, también de Bernardo Bertolucci, ganó el Oscar a la mejor banda sonora original en 1988.
La nueva película de Iñárritu se centra en la experiencia de un superviviente, el trampero interpretado por Leonardo Di Caprio, un hombre abandonado por sus compañeros de expedición tras sufrir el ataque de un oso y que debe enfrentarse a la naturaleza más despiadada para regresar a la civilización. Sakamoto bien podría considerarse otro superviviente, puesto que el trabajo en El renacido supone su regreso tras superar un cáncer que puso en peligro su vida dos años atrás. “Lo tuve que cancelar todo, tenía un montón de tiempo para no hacer nada, no había tenido tanto tiempo vacío desde que tenía veinte años, cuando era un estudiante. Por supuesto, el tratamiento era lo primero y fue la época más dura y más dolorosa físicamente de mi vida. Casi no podía comer, casi no podía tragar mi propia saliva”
Su motivación para volver a componer fue la llamada del director mexicano, quien ya había utilizado temas de Sakamoto en su film Babel. Unos meses atrás, y cuando aún faltaban por rodarse algunas escenas, Iñárritu invitó al músico japonés a la proyección de una versión provisional de la película. Dado que aún se encontraba convaleciente, Sakamoto necesitó ayuda para componer la enorme cantidad de música que requería una película que supera las dos horas y media de duración. Esa es la principal razón por la que la banda sonora está firmada por tres compositores. “Desde el principio Alejandro quería tener un montón de capas tanto acústicas como de sonidos electrónicos. Así que era natural llamar a Carsten para que me ayudara” Sakamoto se refiere al músico alemán Carsten Nicolai, quien firma con el nombre artístico de Alva Noto. Nicolai y Sakamoto habían colaborado anteriormente en cinco discos de música electrónica experimental. “Algunas partes las trabajamos por separado, otras partes intercambiando archivos una y otra vez” El tercer compositor es Bryce Dessner, miembro de la banda de rock independiente The National. “La música de Bryce fue usada como música temporal desde el primer momento, y Alejandro quería su participación. Grabó de forma separada a nosotros, pero escuchaba lo que estábamos haciendo, así que se trata de una colaboración indirecta."
La música de la película, es, por tanto, una amalgama de los tres compositores, a veces en la misma pieza. “Alejandro combina tres piezas diferentes en una sola. Incluso para nosotros, es muy difícil reconocer que parte es mía, que parte de Carsten … Algunas partes son una combinación muy compleja de la música de los tres…Fui muy feliz al tener la oportunidad de trabajar con estos dos músicos jóvenes y con talento” El renacido es una película protagonizada por el paisaje, los escenarios son algunos de los parajes más hermosos y brutales del norte de Canadá y del sur de Argentina. El papel de la música es atmosférico y descriptivo, un canal para transmitir en el espectador el estado de ánimo del personaje de Di Caprio, un hombre consumido por deseos de venganza mientras lucha por seguir vivo en un entorno natural despiadado. La música se impone a las imágenes de una manera ominosa, como si formara parte del paisaje, como si fueran unas nubes densas y grises que se alzaran amenazantes sobre el protagonista.
Después de volver al trabajo con esta película, Sakamoto retomará la actividad intensa que le caracteriza: ya se encuentra componiendo la banda sonora de una película japonesa y después grabará un nuevo disco en solitario. Esperemos que la notoriedad que ha recuperado con El renacido le haga recuperar su lugar como uno de los compositores clave del cine de autor contemporáneo, aunque su opinión de la música de cine actual no puede ser más negativa. “Hace poco fui a ver Marte y estuve a punto de salirme del cine porque el volumen era tan elevado y esa secuencia de tambores o de batería ‘Paaah!’ Mucha reverberación, demasiada, muy profunda. Mucho volumen y las percusiones tan similares por todas partes. ‘Pah! Pah! Pah! Brrrgh!’ Algunos pasajes muy similares de esa música de librería que todo el mundo puede comprar. Estoy seguro que están haciendo corta y pega. Estaba harto.”